domingo, 20 de agosto de 2017

La crítica: continuando la conversación



Durante los últimos años el ejercicio de la crítica de cine se ha vuelto confuso. Lo que antes podía ser considerado un signo autoridad o guía ha sido transformado radicalmente por el acceso democrático a publicar opiniones y por una relativización general de los "marcos normativos" de la crítica parada en un sitial soberano. 

Por otro lado, el tema de la audiencia cinematográfica se ha vuelto algo de creciente preocupación institucional, así como de distintas iniciativas que han visto la luz los últimos años que van desde festivales de cine, distribuidoras nacionales e internacionales y nuevas salas y redes de salas de cine, que quieren abrir un espacio para la diversidad y calidad que trae el cine chileno y el cine de circuito independiente (de autor, de cinematografías más pequeñas, de aquello que ha quedado marginada en las multisalas). Todo ello ha ido configurando un público ávido de continuar la conversación, que sigue los estrenos semana a semana, mes a mes o que asiste regularmente a festivales.  Es aquí donde nuevamente vuelve a aparecer la crítica, ya no como un sitial soberano si no como un espacio de diálogo de espectadores que buscan, de algún modo, pertenecer a una conversación colectiva, confrontando percepciones, pensamientos, ideas o sentimientos respecto a lo que ven. 

La crítica, aquí, ayuda a organizar y ordenar esa conversación, confrontando juicios y prejuicios, es algo así como el intento de "aclararnos" a nosotros mismos aquella carga de emociones e ideas que vienen en las películas, sus imágenes, narraciones, sonidos. Es un ejercicio de dilucidación que hace pasar por la revisión de nuestra experiencia en el visionado y que al momento de comunicarnos nos obliga a discernir el lenguaje para ser precisos y fieles a esa experiencia que tuvimos.  Ese ejercicio de discernimiento no está "dado" ni puede comprarse en un manual técnico, es precisamente este el que nos constituye en espectadores a partir de  tiempos más lentos de consumo, el que nos ayuda a comprender qué fue lo que nos dijeron en una película, por qué nos pasaron gato por liebre o como definir finalmente esa emoción extraña que no comprendimos en su momento- como las que sentimos con las películas de David Lynch.

La crítica es ese esfuerzo por cultivar y darle nombre a ese ejercicio en un trabajo de mediano y largo aliento, es una búsqueda ética y estética propias que en la medida que la empezamos a desarrollar abre caminos y vías nuevas para el conocimiento del mundo y las cosas.  Es así como el mundo que nos hicimos con la memoria de las imágenes nos constituye propiamente en cinéfilos.






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